CONCLUSIONES SOBRE EL TALLER DE DUELO “MANEJO DE LA HABITACIÓN Y LOS OBJETOS VINCULANTES DEL MENOR FALLECIDO”

Habitación y objetos menor fallecido

En 2022 se ha desarrollado el taller “Manejo de la habitación y los objetos vinculantes” para familias que están viviendo el proceso de duelo tras el fallecimiento de un hijo o hija. La realidad que sucede a la ausencia es dura y muchas familias reconocen la complejidad de cómo afrontar esta tarea. Con frecuenta se preguntan ¿Qué hago con sus cosas? ¿Me puede afectar emocionalmente no modificar la habitación? ¿Está bien que cambie cosas de su habitación? ¿Qué pensaría mi hijo? Incluso el proceso de negación puede desarrollar la creencia de ¿Y si vuelve algún día?… en definitiva puede prevalecer le necesidad de mantener inalterada su habitación como conexión con el fallecido.

Los psicólogos que impartieron el taller, Javier Zamora y Clara Madrid, señalan que se produce un desajuste entre el plano racional y el plano más emocional: “quiero pero no puedo”. Por este motivo, la tarea de gestión emocional en relación a la habitación y a sus objetos permite -según los especialistas- una oportunidad de revinculación con el hijo, la construcción de una nueva relación con el fallecido, dándole un nuevo espacio en el interior de la persona en duelo. De alguna manera, “el espacio físico se transforma en un espacio emocional de la vida psicológica de la familia”.

DECISIONES COMPARTIDAS

Los psicólogos del EAPS o Equipo de Atención Psicosocial de ASPANION destacan también que es importante poder compartir las decisiones con otros miembros de la familia, dando especial importancia a la opinión de las hermanas y hermanos. También a ellos hay que “escucharles y hacerles partícipes en la toma de decisiones. Así como hacer partícipes a los amigos del hijo o hija, favoreciendo así el proceso de duelo de éstos”.

ACTUAR DESDE EL AMOR Y EL RESPETO

Gestos de solidaridad, como donar la ropa o sus juguetes pueden facilitar la gestión emocional de esta tarea. O realizar una “caja de recuerdos” con sus objetos más especiales. “El mantenimiento de la habitación intacta puede favorecer -según destacan los psicólogos- con el paso del tiempo un aumento y/o la cronificación de la sintomatología emocional, generando mayor sufrimiento. Por ello, es importante desarrollar una actitud activa, de reflexión individual y con el resto de miembros de la familia, elaborando un sentido ante la transformación de ese espacio.

El vínculo activo y transformador con la habitación permite conectar con sus recuerdos, con su historia de vida, así como facilitar la expresión emocional, siendo una oportunidad de revinculación con el fallecido. Se trata de integrar la experiencia de la pérdida en la realidad actual de la familia. Los profesionales de atención al duelo señalan que de cualquier manera “es importante que cada miembro de la familia se permita sus tiempos y su ritmo de adaptación a la pérdida”.