Vicente Lillo, colaborador de ASPANION
“Yo seré bombero toda mi vida”. Así se expresa Vicente Lillo, colaborador de ASPANION muy querido que tiende su mano a la asociación desde el año 2003. Vicente se jubiló hace 6 años, tras ejercer como bombero desde que tenía 22 años, pero ello no le ha impedido seguir con sus labores sociales. Para él, su profesión siempre le ha resultado muy gratificante, ya que le ha permitido saciar su alma aventurera y compaginarla con su amor por las montañas.
“Mi padre también fue bombero, por lo que ya desde pequeño pasaba mucho tiempo en el Parque de Bomberos. Elegir esta profesión es una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida, es una profesión que encaja con mi espíritu aventurero, que me ha permitido estar siempre activo, vivir experiencias únicas y conocer a ASPANION a través de una cadena de circunstancias muy positivas”, reconoce.
¿Tiene alguna anécdota que resuma el impacto de su trabajo?
Como bombero vives todo tipo de situaciones y muchas de ellas no son agradables, la verdad. Te sometes a una gran diversidad de actuaciones: accidentes de tráfico, rescates en domicilios, incendios, ayuda humanitaria… Ves gente con heridas muy graves, muertes… Ser bombero me ha enseñado a afrontar los momentos de riesgo con entereza y a darme cuenta de que también hay luz en los momentos más duros, uno de los momentos que recuerdo con mucho cariño es cuando una persona a la que rescaté en un incendio me dio un gran abrazo.
Desde el año 2003 usted colabora con ASPANION a través de diferentes actividades, ¿qué le impulsó a tender su mano a la asociación?
Para mí la colaboración con ASPANION es un mutuo empuje de superación. Con mi equipo de alpinistas llevaba años escalando las montañas más altas e inhóspitas del mundo y un día mi compañero José me propuso que nuestro proyecto ‘Valencia por las Montañas del Mundo’ incorporara el nombre de ASPANION. Fue una idea que me hizo mucha ilusión y la asociación también acogió la propuesta con mucho entusiasmo. Así fue como nació ‘Valencia por las montañas – Bombers per ASPANION’ de mutuo acuerdo. Desplegar el nombre de ASPANION en las cimas más altas del mundo ha sido una alegría increíble y compartida con mis compañeros de cordada.
A partir de allí empezamos a desarrollar otras formas de colaboración. Una de ellas es la tradicional merienda en el Parque de Bomberos de Valencia. Esta fiesta para peques se realiza todos los años durante la primera semana de septiembre. Es una iniciativa personal que se me ocurrió a mí y que mis compañeros acogieron desde el principio muy bien. La primera fue todo un éxito, vi que los peques lo pasaban muy bien, que tenían mucha ilusión, ya que nunca antes habían tenido la posibilidad de subir al camión de bomberos, ponerse un casco, jugar con la espuma… Por ello, decidimos que se realizaría ya todos los años. Esta actividad me supone un enriquecimiento personal increíble. Ver a las niñas y niños tan contentos y a las familias tan agradecidas supone una gran satisfacción personal.
A nivel personal y profesional, ¿ha cambiado en algo su percepción de la vida su colaboración con ASPANION?
Esta colaboración ha cambiado completamente mi percepción del concepto de la vida en general, esta labor no tiene precio, es un orgullo a nivel personal. Cuando empecé a conocer en profundidad el trabajo de ASPANION, experimenté un cambio de mentalidad y empezamos con las expediciones alpinas en nombre de la entidad. Esto también me permitió conocer y convivir con diferentes culturas en Perú, Chile, Himalaya, Ecuador, etc., y entender el valor de la vida. Además, te enseña valores muy importantes como la perseverancia y la fuerza de voluntad para afrontar los retos que nos impone la vida.
A lo largo de los años ha acompañado durante estas actividades a muchas niñas y niños, ¿hay alguna experiencia o momento que recuerde que le haya marcado?
Son muchos los proyectos donde ASPANION ha estado presente. Para mí todas las actividades que he realizado con la entidad han sido maravillosas y enriquecedoras, e igual de importantes, ya que todas ellas tienen como resultado las sonrisas de las niñas y niños, y eso es lo que me motiva para seguir con estas iniciativas y pensar en futuros proyectos en la misma línea. Ver a las niñas y niños de ASPANION sonreír es mi premio. Por ejemplo, me acuerdo mucho de cuando hicimos el calendario solidario, fue una jornada espectacular, pasamos una mañana muy bonita. Todo el Parque de Bomberos se puso a disposición de ASPANION, todo el mundo quería colaborar.
Estoy muy contento porque, aunque yo me haya jubilado, las actividades se siguen realizando, hay voluntad por parte del resto de compañeros y del Ayuntamiento de Valencia para seguir con ello. Mis compañeros se vuelcan con entusiasmo en que todo salga bien. Todos comparten este sentimiento de gratitud hacia los menores con cáncer y sus familias. La verdad es que todos lo pasamos con una emoción especial, ya que la sonrisa de las niñas y niños es nuestra mayor recompensa.
¿Qué podemos aprender todos y todas de los menores afectados por el cáncer infantil?
Creo que hay muchas cosas que podemos aprender, pero la más importante de ellas es su lucha por la vida, la importancia de valorar la vida. Es increíble ver la fortaleza que tienen, ver cómo luchan porque quieren vivir. Además, hay que destacar que quieren vivir con alegría pese a las circunstancias que les ha tocado vivir.